Sumario: | El esquema regulatorio costarricense permitió alcanzar la universalización y la sostenibilidad del sistema eléctrico. La tarea pendiente para el ente regulador y los participantes en el sector es lograr una eficiencia que se traduzca en menores tarifas. El artículo tiene como objetivo valorar las acciones de la Autoridad Reguladora entre el periodo 2016-2022 para llevar el sistema hacia la senda de la eficiencia y presentar reflexiones prospectivas sobre las tareas pendientes. Para estos efectos, realiza un análisis del contexto, de las acciones tomadas y su impacto sobre las tarifas que pagan los usuarios. La evidencia muestra que las medidas adoptadas por el ente regulador en ese periodo mejoraron la eficiencia del sector y cortaron, en el año 2019, la tendencia de crecimiento de las tarifas. Por otro lado, se argumenta que, en el marco de las nuevas realidades de un sector en rápida evolución, la búsqueda de la eficiencia requiere de cambios en la forma de regular, en el papel de los regulados y de una rectoría asertiva. Las empresas distribuidoras deben aplicar un enfoque comercial a los servicios que prestan a partir de las nuevas realidades, en particular de la competencia que la tecnología introduce en el sector. Se requiere de una regulación flexible, habilitante al cambio tecnológico y con visión prospectiva, así como del ejercicio asertivo de la rectoría del sector que incluya una planificación y optimización integrales del sistema eléctrico con la máxima de reducir sus costos de largo plazo y garantizar su sostenibilidad.
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