Variables influyentes en el miedo y el rendimiento infantil en Ceuta

 Existe una enorme preocupación por el bajo rendimiento en las diferentes áreas académicas, lo que promueve la búsqueda de nuevas fórmulas de actuación docente. Estos rápidos cambios hacen que el alumnado deba aprender nuevas habilidades y capacidades con el fin de amoldarse a este proceso en contin...

Descripción completa

Detalles Bibliográficos
Autores principales: Pulido-Acosta, Federico, Herrera-Clavero, Francisco
Formato: Online
Idioma:spa
eng
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Publicado: Universidad Nacional, Costa Rica 2018
Acceso en línea:https://www.revistas.una.ac.cr/index.php/EDUCARE/article/view/8479
Descripción
Sumario: Existe una enorme preocupación por el bajo rendimiento en las diferentes áreas académicas, lo que promueve la búsqueda de nuevas fórmulas de actuación docente. Estos rápidos cambios hacen que el alumnado deba aprender nuevas habilidades y capacidades con el fin de amoldarse a este proceso en continua evolución. Desde esta perspectiva, centrados en los escasos logros académicos, se pone de relieve la enorme importancia que pueden llegar a tener las emociones y su adecuado control para la mejora de este. El objetivo del presente trabajo fue conocer los predictores del miedo y el rendimiento académico de estudiantes, de 6 a 12 años, en la ciudad de Ceuta. Para ello, se ha contado con 404 sujetos participantes, de los cuales, el 47.8% son niños, el 52.2% niñas, el 68.8% son musulmanes y el 31.2% cristianos. Como instrumentos se han empleado la adaptación de Ascensio, Vila, Robles-García, Páez, Fresán y Vázquez (2012) del Inventario de miedo para niños (FSSC-II) y las calificaciones del alumnado. Los resultados reflejan niveles medio-altos en las variables de estudio. El principal predictor del miedo es el género, actuando también como predictores estatus, rendimiento, cultura y edad. Los predictores del rendimiento son la cultura, el miedo, el estatus y el género, la edad aparece en tres factores. Se halló relación significativa entre miedo y rendimiento, ambos inversamente proporcionales. Todo ello nos lleva a considerar y potenciar las competencias emocionales como una medida necesaria para mejorar el proceso de aprendizaje del alumnado, situación que tanto se demanda a nuestro sistema educativo.