Summary: | La evaluación ha sido vista tradicionalmente como un procedimiento que incluye elementos subjetivos, arbitrarios o caprichosos. Estos son muchas veces trabajados, tratando erróneamente de resolverlos, por la vía de la tecnología. Es necesario repensar los procedimientos evaluativos más comunes, especificar sus principios y recuperar su intrínseco sentido ético para tomar decisiones y emprender acciones. La evaluación debe ser aplicada como una metodología de la ciencia. La propuesta de este texto ofrece avances para ello. Incluye la aplicación de los valores de coherencia y completitud entre los elementos evaluados. La coherencia y la completitud –cuando estudiamos los propósitos, los procedimientos, la organización y los resultados– ofrecen grandes perspectivas de desarrollo en los métodos evaluativos de actividades y entidades con diversos niveles de organización, desde movimientos sociales hasta instituciones privadas y públicas. Entre los resultados podemos esperar una mejor participación en la construcción de la democracia.
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