| Sumario: | Saberes y persistencia cultural, dos conceptos que deben estar siempre acompañados en la discusión de trascendencia de los pueblos originarios. Dar voz al sujeto que por siempre se ha visto como objeto de estudio es sin duda abonar en una responsable traducción intercultural a partir de la interpretación del mundo vista desde una pluralidad de culturas y a la existencia como lo menciona Boaventura de Sousa Santos “una ecología de saberes”. Las experiencias que guardan entre y para si los pueblos originarios producto de su relación con la madre tierra han construido conocimientos que a pesar del patriarcado epistemológico de occidente ha trascendido muy a pesar de que algunas academias científicas le otorgan el calificativo de saberes. Si algo han aprendido los pueblos originarios es a trascender, este solo hecho significan siglos de lucha por la persistencia tanto como pueblo como por el acumulamiento de conocimiento que en muchos de los casos se resguarda y se transmite de manera oral de generación en generación. Ese alejamiento de las ciencias con la naturaleza ha causado desequilibrios ambientales muy serios, como prueba basta con ver los tiempos actuales la humanidad padece una de las crisis de salud más severas de su historia. Para los yoreme mayo del norte de Sinaloa y para todos los pueblos originarios de América y el Caribe, la importancia de los saberes es una manera de reencontrarse con su juya ánia, reconciliación sustentada en el respeto armonioso y reciproco que permitan una sana convivencia entre hombre y naturaleza.
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