| Sumario: | En el contexto de la generación de políticas de modernización para la educación de los años noventa en México, se impulsó la generalización de acciones de evaluación para todo el sistema educativo. Se establecieron estrategias de evaluación de instituciones, de programas y de actores (académicos y estudiantes). El nuevo esquema de evaluación, tuvo como fundamento el promover la calidad de la educación superior, en función de la obtención de recursos económicos con base en resultados.
Se puede reconocer la existencia de cuatro rasgos que caracterizan al sistema de evaluación de la educación mexicana:
su estrecha vinculación a prácticas de financiamiento,
una desarticulación entre los diversos programas,
la ausencia de una dimensión conceptual con el predominio del sentido técnico de las diversas propuestas de evaluación y
una desvirtuación de su dimensión pedagógica Se evalúa para emitir un juicio en detrimento de la función formativa y de retroalimentación de 1a evaluación.
En este trabajo se plantea una discusión acerca del surgimiento de estos programas, así como de su lógica de operación y criterios de evaluación empleados. Asimismo, se da cuenta acerca de la mirada de los actores involucrados en el proceso, a partir de una serie de entrevistas realizadas a rectores, directivos y académicos en diecisiete universidades públicas.
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