Summary: | La Neuroeducación encontró diversos desafíos para contribuir al proceso enseñanza-aprendizaje, debido a distintos factores contextuales y emocionales que obstaculizaron su aplicación en las distintas metodologías de estudio. Componentes socioculturales limitaron el acceso a una parte de la población estudiantil guatemalteca a teléfonos y computadoras de gama alta, siendo indispensables para sus clases virtuales o híbridas. Estos elementos también generaron frustración en cuidadores y educadores debido a la escasa o nula capacitación para su manejo. Una metodología ortodoxa que valora más en términos cuantitativos que cualitativos al estudiante, deponiendo su humanidad, anulando o invalidando sus emociones que por consecuencia de la pandemia y el estrés generado en casa y en el ambiente escolar no son apreciadas dentro del desarrollo cognitivo del estudiante, ignorando que son fundamentales para un exitoso proceso enseñanza-aprendizaje. La impotencia de padres, cuidadores y educadores, se desplaza a los niños y adolescentes que en su afán de preservación ignoran el aprendizaje escolar. Literatura diversa aunada a conversatorios con educadores y padres de familia nos llevaron a concluir que el conocimiento del cerebro y su incidencia en la conducta es indispensable para adecuar metodologías de estudio individualizadas sin ignorar las emociones y el juego como precursor y base del aprendizaje.
|