| Summary: | La pandemia sin duda nos está dejando mucha incertidumbre y muchos desafíos como sociedad y nos ha urgido a definir como queremos vivir en el futuro. Desde el 11 de marzo, fecha en que se decretó el confinamiento en Honduras, se han evidenciado con más fuerza las injusticias sociales en que vive nuestra población, en uno de los países con mayor índice de desigualdad del mundo. Pese a ello, han surgido extraordinarias experiencias de solidaridad entre la población, organizaciones, movimientos populares y las universidades que no han menguado sino que han reconfigurado sus vínculos para sostener equipos de trabajo en territorio, continuidad en las actividades iniciadas e implementación de nuevas estrategias de vinculación y articulación con las comunidades donde se trabaja.
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