Summary: | La arquitectura actúa como configuradora del espacio en el que, a pesar de que muchas variables son y deben ser cuantificadas, y estrictamente controladas, también a raíz de su relación directa con los modos de vida del ser humano, está sujeta a fenómenos singulares que le impiden acudir a fórmulas arquetípicas como solución al asunto del Habitar. En consecuencia, este artículo reconoce el valor de las vivencias, la convivencia y el relato de los eventos significativos, como un tema esencial para asegurar la calidad humana en el espacio construido, la contribución en la sensibilización de nuestra sociedad con su entorno y la evolución de la arquitectura misma. Esta última, al acoger sus contenidos ideográficos, se integran en la memoria colectiva y comprende que, a través de la construcción de lugares y no-lugares, afecta directamente los eventos cotidianos de la ciudad y a quienes la habitan.
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