Summary: | Este artículo aborda las relaciones clientelares entre el Estado costarricense y la Central Azucarera del Tempisque, S.A. (CATSA), en el periodo de 1975 y hasta 1990. CATSA fue una empresa forjada con dineros públicos, que beneficiaba al sector cañero guanacasteco y que luego, en un contexto convulso, fue transferida a inversores privados. En sus primeros años, el ingenio fue acuciado por múltiples crisis, tales como una huelga y problemas financieros que la orillaron a la bancarrota. Esto permitió debilitar la imagen del Estado interventor y favorecer la promulgación de teorías del libre mercado. La metodología empleada, afín a la historia empresarial, analizó los orígenes de la empresa, sus dirigentes y principales vicisitudes en los años bajo la égida estatal.
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