Sumario: | Este artículo surge de la investigación del mismo nombre e intenta transmitir desde una lectura feminista, percepciones y sensaciones de dos obras de arte escénico: Augustine y Vacío. Sabiendo que el arte no se puede ni se debe traducir, lejos de sugerir un significado, lo relevante es dimensionar su poder transgresor. Cuando te sorprendes con obras tan bien logradas, que recuperan de forma clara, la historia de la patologización/expropiación del cuerpo femenino, eso que te trastoca no se puede quedar dentro, corresponde hilar y exteriorizar lo mejor posible y eso pretendo con este artículo. ¿Cuál es la posibilidad de lectura que tiene una obra de arte? es infinita, ilimitada, abierta y recorre muchísimas formas, acá presento solo una de ellas.
|