Sumario: | Durante el 2018, la sociedad nicaragüense vivió una de las convulsiones y crisis socio-políticas más severas de su historia. Estos acontecimientos se caracterizaron por la sistemática y generalizada represión estatal a distintas manifestaciones disidentes de la sociedad civil. El interés de este artículo es proponer la adopción de metodologías contra forenses para explorar intersecciones entre arquitectura, violencia y memoria utilizando como caso de estudio el ataque paraestatal ocurrido el 13 y 14 de julio del 2018 contra miembros de la comunidad universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, Managua. Este escrito sugiere que el Estado, al planificar espacialmente sus acciones, también utiliza entidades no-humanas para infligir terror, según las narrativas de algunos sobrevivientes, el análisis espacial y archivos digitales. De este modo, se supera la relación lineal entre perpetrador y víctima.
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