Sumario: | Este artículo analiza la estética del reposo y la pequeña filosofía en la obra de Azorín, asociada a la representación de los pueblos y las ciudades abúlicas. El Eterno retorno de las cosas, desde una variante pesimista de la propuesta de Nietzsche, domina la temporalidad de las pequeñas ciudades provincianas representadas en sus novelas y ensayos: la noción de Progreso ha desaparecido. Domina en este espacio la repetición monótona de los mismos ritos y prácticas. Para Azorín, ante este panorama nihilista, el sujeto de inquietudes intelectuales debe encontrar su lugar en el mundo mediante el disfrute modesto de los pequeños placeres, aquellos proporcionados por los objetos y las experiencias cotidianas, símbolos del ‘alma nacional’. Este es el programa de acción de la pequeña filosofía. Su formulación literaria se canaliza a través de la estética del reposo, que describe el silencio, la quietud, el ritmo pausado de las actividades y los acompasados sonidos de las campanas de estos espaciossociales.
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