| Sumario: | El orden mundial, visto desde diferentes polos, el militar, político y económico, tiene desde los últimos 10 años tres referentes claves en la comunidad internacional, Rusia, China y Estados Unidos. Estos países, después de la guerra fría y un proceso histórico de reordenamiento económico, han crecido considerablemente en su influencia política, de tal modo que dicha expansión ha llegado hasta la región latinoamericana; dónde, aunque no se muestre de forma evidente, Centroamérica puede ser un territorio geopolítico clave para dicho alcance, específicamente en los intereses de China y Estados Unidos. Ante tal influencia internacional ejercida por los Estados en cuestión y la situación política y social interna, ha provocado que la institucionalidad centroamericana se vea inmersa en una situación inestable. Esto ha dado paso que, en cierta forma, la región se vea involucrada en mecanismos comerciales, económicos o financieros, que la han atado políticamente en función de los intereses internacionales, los cuales van desde seguridad, recursos naturales, elementos logísticos entre otros. En ese sentido, más allá de percibir dichos vínculos como amenazas, se deben generar mecanismos diplomáticos e institucionales en conjunto para poder afrontar de manera coordinada dicha situación y poder convertirla así, en una oportunidad de desarrollo. Centroamérica, pasa por una etapa clave para equilibrar sus intereses y la posición geopolítica que puede ocupar en esa dicotomía de poder; sin embargo, es necesario alinear intereses e identidades políticas a fin de tener una visión coordinada de la geoestrategia mundial y las capacidades que se poseen y que pueden ser traducidas en oportunidades de seguridad en el sistema internacional.
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