Toxoplasmosis. Estudio clínico patológico de los dos primeros casos reportados en Costa Rica

Se presentan los dos primeros casos de toxoplasmosis diagnosticados en Costa Rica. Ambos han ocurrido en niños, de 18 meses y 6 años de edad respectiva­mente, habitantes de la zona rural en la costa del Pacífico, de Costa Rica. El diagnóstico etiológico no fue hecho en clínica en ninguno de los caso...

Descripción completa

Detalles Bibliográficos
Autores principales: Céspedes, Rodolfo, Morera, Pedro
Formato: Online
Idioma:spa
Publicado: Universidad de Costa Rica 1955
Acceso en línea:https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/rbt/article/view/28837
id RBT28837
record_format ojs
institution Universidad de Costa Rica
collection Revista de Biología Tropical
language spa
format Online
author Céspedes, Rodolfo
Morera, Pedro
spellingShingle Céspedes, Rodolfo
Morera, Pedro
Toxoplasmosis. Estudio clínico patológico de los dos primeros casos reportados en Costa Rica
author_facet Céspedes, Rodolfo
Morera, Pedro
author_sort Céspedes, Rodolfo
description Se presentan los dos primeros casos de toxoplasmosis diagnosticados en Costa Rica. Ambos han ocurrido en niños, de 18 meses y 6 años de edad respectiva­mente, habitantes de la zona rural en la costa del Pacífico, de Costa Rica. El diagnóstico etiológico no fue hecho en clínica en ninguno de los casos; constituyó una sorpresa durante el estudio histopatológico de rutina en el primer caso, y fue sospechado durante la autopsia macroscópica en el segundo caso, lo­ grándose esta vez encontrar formas aisladas y en pseudoquistes o nidos de toxo­plasmas, en los frotis del miocardio teñidos por el Giemsa. Fue posible también en esta oportunidad aislar el Toxoplasma gondii de ratones inoculados con miocardio y con bazo, en un plazo de seis días. Se destaca algunos hechos fundamentales de la clínica en estos enfermos, a saber: En ambos el proceso se inició como un estado infeccioso indeterminado que curó aparentemente, para ser seguido luego por un síndrome edematoso gene­ralizado que hizo sospechar a los clínicos la existencia de una glomémlonefritis aguda. El examen de orina en ambos casos fue normal. En el primer caso es difícil atribuir algunos de los síntomas a la toxoplas­mosis por cuanto el proceso evolucionó simultáneamente con un cuadro de fiebre amarilla selvática. En el segundo caso hay el antecedente claro de una erupción cutánea ge­ neralizada, que precedió al síndrome edematoso. Luego se instaló un cuadro de insuficiencia cardíaca global que terminó con el enfermo en 10 días. Ninguno de los casos es una toxoplasmosis pura, ya que el primero evo­lucionó simultáneamente con fiebre amarilla y el segundo, en un paciente con gran anemia anquilostomiática de 1.500.000 eritrocitos. El síndrome edematoso del primer caso, puede explicarse por la hipopro­teinemia de 3,4 gm. por ciento. En el segundo caso, no fueron dosadas las pro­ teínas sanguíneas, pero puede suponerse que eran bajas porque había una ane­mia anquilostomiática grave. El edema fue aquí parte del cuadro de insuficien­cia cardíaca. Desde el punto de vista anatomopatológico, hay cuatro órganos con le­siones importantes atribuibles a toxoplasmosis: 1) Corazón: el miocardio, en el cual encontramos flacidez, miocarditis aguda exudativa, con edema intersticial, fragmentación de las fibras, disminución o pér­dida de la estriación transversal, presencia de nidos o pseudoquistes con toxoplas­mas en el espesor de las fibras, infiltración celular de predominio mononuclear, con algunos eosinófilos y proliferación de células fijas. 2) El encéfalo, con edema, presencia de nidos de toxoplasmas en el tálamo y en la protuberancia anular y discreta infiltración celular inflamatoria, a veces de disposición perivascular. 3) El pulmón, con focos macroscópicos de bronconeumonía, que histo­lógicamente revelan alveolitis descamativa acentuada, y discreta infiltración leu­cocitaria. No fue posible identificar parásitos en el pulmón. 4) El bazo, con hiperplasia retículo histiocitaria, y algunos macrófagos conteniendo toxoplasmas. No fue posible evidenciar lesiones en el globo ocular. Desde el punto de vista epidemiológico, se señala: 1) que ambos pacientes proceden de la misma zona geográfica, húmeda y cálida. 2) las condiciones de higiene ambiental y alimentación en la región, son deficientes. 3) Hay concomitancia· de otros cuadros morbosos en la evolución del proceso de toxoplasmosis, a saber: fiebre amarilla en el primer caso; anquilosto­ miasis grave, tricocefalosis y ascaridiosis en el segundo. 4) en la familia de uno de los casos (el primero) hay una alta mooa­ lidad infantil: 5 fallecidos antes de los 18 meses de edad, entre 8 nacidos. 5) el estudio anatomo-dínico y epidemiológico de estos dos casos, no permite explicar la puerta de entrada del parásito al organismo humano.
title Toxoplasmosis. Estudio clínico patológico de los dos primeros casos reportados en Costa Rica
title_short Toxoplasmosis. Estudio clínico patológico de los dos primeros casos reportados en Costa Rica
title_full Toxoplasmosis. Estudio clínico patológico de los dos primeros casos reportados en Costa Rica
title_fullStr Toxoplasmosis. Estudio clínico patológico de los dos primeros casos reportados en Costa Rica
title_full_unstemmed Toxoplasmosis. Estudio clínico patológico de los dos primeros casos reportados en Costa Rica
title_sort toxoplasmosis. estudio clínico patológico de los dos primeros casos reportados en costa rica
title_alt Toxoplasmosis. Estudio clínico patológico de los dos primeros casos reportados en Costa Rica
publisher Universidad de Costa Rica
publishDate 1955
url https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/rbt/article/view/28837
work_keys_str_mv AT cespedesrodolfo toxoplasmosisestudioclinicopatologicodelosdosprimeroscasosreportadosencostarica
AT morerapedro toxoplasmosisestudioclinicopatologicodelosdosprimeroscasosreportadosencostarica
_version_ 1810115137647935488
spelling RBT288372022-10-12T20:13:21Z Toxoplasmosis. Estudio clínico patológico de los dos primeros casos reportados en Costa Rica Toxoplasmosis. Estudio clínico patológico de los dos primeros casos reportados en Costa Rica Céspedes, Rodolfo Morera, Pedro The first two cases of toxoplasmosis recognized in Costa Rica are pre­sented. Both occurred in children, of 18 mos. and 6 years of age respectively, from the rural zone of the Pacific slope in Costa Rica. The etiologic diagnosis was not made at the clinic in either case; it was a surprise finding during the routine histopathologic study of the first case, and was suspected during the macroscopic autopsy in the second case, in which isolated forms and pseudocysts or nests of Toxoplasma were quickly found in myocardium smears stained with Giemsa. It was also possible to isolate Toxo­plasma gondii from mice six days after inoculation with myocardium and spleen from the second case. Some fundamental facts are stressed of the clinic cases: The process began as an indeterminate infective state which apparently eured, followed later by a generalized edematous syndrome which led the clini­cians to suspect the presence of an acute glomerulonephritis. Urine was normal in both cases. It is difficult to attribute some of the symptoms of the first case to toxoplas­mosis since the process evolved simultaneously with a picture of jungle yellow fever. In the second case there is the clear antecedent of a generalized skin emp­tion preceding the edematous syndrome. Later a picture of global cardiac insuf­ficiency set in, with fatal outcome in ten days. The patient was also suffering a severe aneylostomatic anemia of 1.500.000 erythrocytes. Thus neither case was a pure toxoplasmosis. The edematous syndrome of the first case may be explained as due to hypoproteinemia of 3.4 gm. per cent. No blood protein tests were made in the second case, but it is assumed to be low since there was a severe aneylostomatic anemia. Edema here was part of the cardiac insufficiency picture. Four organs showed important lesions referrable to toxoplasmosis: 1) The heart, which showed myocardial flaccidity, acute exudative myocarditis with interstitial edema, fragmentation of fibres, decrease or loss of trans­ verse striation, presence of nests or pseudocysts with toxoplasms within the fibres, cellular infiltration with mono nuclear prevalence, some eosino­philes, and proliferation ft fibroblasts. 2) 111e brain, showing edema, toxoplasma nests in the thalamus and in the an­nular protuberance, and moderate inflammatory cellular infiltration, at times perivascular. 3) The lungs, with macroscopic bronchopneumonial foci in which histological examination showed accentuated exfoliative alveolitis and moderate leucocyte infiltration. No parasites were found in the lungs. 4) The spleen, showing reticulo-histiocytary hyperplasia, and some macro­ phages containing toxoplasms. No lesions were found in the eyeball. From the epidemiologic viewpoint, the facts are stressed that: 1) both patients originated in the same geographic region, o f warm humid climate. 2) environmental hygienic and nutritional conditions are deficient in that region. 3) other diseases were coincídent wíth toxoplasmosis, yellow fever in one case, serious ancylostomasis, trichocephalosis and ascaridiosis in the other. 4) there was a high infant mortality in the family of case one: 5 dead before 18 months of age out of 8 born. 5) the manner of entry of the parasite into the human organism could not be determined from the anatomo-clinic and epidemiologic study of these two cases. Se presentan los dos primeros casos de toxoplasmosis diagnosticados en Costa Rica. Ambos han ocurrido en niños, de 18 meses y 6 años de edad respectiva­mente, habitantes de la zona rural en la costa del Pacífico, de Costa Rica. El diagnóstico etiológico no fue hecho en clínica en ninguno de los casos; constituyó una sorpresa durante el estudio histopatológico de rutina en el primer caso, y fue sospechado durante la autopsia macroscópica en el segundo caso, lo­ grándose esta vez encontrar formas aisladas y en pseudoquistes o nidos de toxo­plasmas, en los frotis del miocardio teñidos por el Giemsa. Fue posible también en esta oportunidad aislar el Toxoplasma gondii de ratones inoculados con miocardio y con bazo, en un plazo de seis días. Se destaca algunos hechos fundamentales de la clínica en estos enfermos, a saber: En ambos el proceso se inició como un estado infeccioso indeterminado que curó aparentemente, para ser seguido luego por un síndrome edematoso gene­ralizado que hizo sospechar a los clínicos la existencia de una glomémlonefritis aguda. El examen de orina en ambos casos fue normal. En el primer caso es difícil atribuir algunos de los síntomas a la toxoplas­mosis por cuanto el proceso evolucionó simultáneamente con un cuadro de fiebre amarilla selvática. En el segundo caso hay el antecedente claro de una erupción cutánea ge­ neralizada, que precedió al síndrome edematoso. Luego se instaló un cuadro de insuficiencia cardíaca global que terminó con el enfermo en 10 días. Ninguno de los casos es una toxoplasmosis pura, ya que el primero evo­lucionó simultáneamente con fiebre amarilla y el segundo, en un paciente con gran anemia anquilostomiática de 1.500.000 eritrocitos. El síndrome edematoso del primer caso, puede explicarse por la hipopro­teinemia de 3,4 gm. por ciento. En el segundo caso, no fueron dosadas las pro­ teínas sanguíneas, pero puede suponerse que eran bajas porque había una ane­mia anquilostomiática grave. El edema fue aquí parte del cuadro de insuficien­cia cardíaca. Desde el punto de vista anatomopatológico, hay cuatro órganos con le­siones importantes atribuibles a toxoplasmosis: 1) Corazón: el miocardio, en el cual encontramos flacidez, miocarditis aguda exudativa, con edema intersticial, fragmentación de las fibras, disminución o pér­dida de la estriación transversal, presencia de nidos o pseudoquistes con toxoplas­mas en el espesor de las fibras, infiltración celular de predominio mononuclear, con algunos eosinófilos y proliferación de células fijas. 2) El encéfalo, con edema, presencia de nidos de toxoplasmas en el tálamo y en la protuberancia anular y discreta infiltración celular inflamatoria, a veces de disposición perivascular. 3) El pulmón, con focos macroscópicos de bronconeumonía, que histo­lógicamente revelan alveolitis descamativa acentuada, y discreta infiltración leu­cocitaria. No fue posible identificar parásitos en el pulmón. 4) El bazo, con hiperplasia retículo histiocitaria, y algunos macrófagos conteniendo toxoplasmas. No fue posible evidenciar lesiones en el globo ocular. Desde el punto de vista epidemiológico, se señala: 1) que ambos pacientes proceden de la misma zona geográfica, húmeda y cálida. 2) las condiciones de higiene ambiental y alimentación en la región, son deficientes. 3) Hay concomitancia· de otros cuadros morbosos en la evolución del proceso de toxoplasmosis, a saber: fiebre amarilla en el primer caso; anquilosto­ miasis grave, tricocefalosis y ascaridiosis en el segundo. 4) en la familia de uno de los casos (el primero) hay una alta mooa­ lidad infantil: 5 fallecidos antes de los 18 meses de edad, entre 8 nacidos. 5) el estudio anatomo-dínico y epidemiológico de estos dos casos, no permite explicar la puerta de entrada del parásito al organismo humano. Universidad de Costa Rica 1955-07-01 info:eu-repo/semantics/article info:eu-repo/semantics/publishedVersion Article application/pdf https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/rbt/article/view/28837 10.15517/rev.biol.trop.1955.28837 Revista de Biología Tropical; Vol. 3 No. 1 (1955): Volume 3 - Regular number 1 - July 1955; 1–30 Revista de Biología Tropical; Vol. 3 Núm. 1 (1955): Volumen 3 - Número regular 1 - Julio 1955; 1–30 Revista Biología Tropical; Vol. 3 N.º 1 (1955): Volume 3 - Regular number 1 - July 1955; 1–30 2215-2075 0034-7744 10.15517/rbt.v3i1 spa https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/rbt/article/view/28837/28906 Copyright (c) 1955 Revista de Biología Tropical