Sumario: | Las observaciones llevadas a cabo de octubre de 1 965 a mayo de 1 967 en la isla Nueva Caledonia, en e l Pacífico Sur, sobre e l papel que juegan los moluscos y otros invertebrados en la transmisión de Angiostrongylus cantonensis al hombre, mostraron que varios caracoles, babosas y una planaria que se encuentran en los huertos que suplen gran cantidad de legumbres frescas a los mercados locales, estaban generalmente infectados con larvas de A. cantonensis de tercer estadio. Los veronicélidos Vaginulus plebeius y Laevicaulus alte fueron los moluscos más frecuente e intensivamente infectados y aparentemente sirven de reservorio principal de la infección en ratas silvestres. El alto nivel de infección en estas babosas no sólo mantiene una alta prevalencia de ratas infectadas, sino que es también importante en la dispersión de las larvas infectantes entre las planarias, huéspedes paraténicos del parásito. Aparentemente no hay variación estacional en la tasa y nivel de infección en las babosas, pero sí tienen un período de reposo durante los meses más fríos del año (julio a setiembre). Probablemente las planarias constituyen el grupo más importante como fuente de infección humana en Nueva Caledonia. Estas planarias son más abundantes durante los meses más fríos, época en que se produce la mayor cantidad de legumbres. Sus hábitos altamente carnívoros, particularmente en sus ataques a los caracoles y babosas, contribuyen al alto nivel de infección, aunque individualmente las planarias albergan números relativamente bajos de larvas, generalmente menos de 10. Su reducido tamaño, la facilidad que tienen para fragmentarse y su rápida deshidratación, para formar masas negras inconspicuas que contaminan las lechugas y otras hortalizas, las hacen el vehículo ideal para la transmisión de A. cantonensis al hombre.
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