Sumario: | La formación de las cordilleras en Costa Rica y oeste de Panamá, así como las frías condiciones climáticas que prevalecieron durante la última parte del Pleistoceno, jugaron un papel muy importante en determinar la composición de las especies de aves en las tierras altas de esta región. Las condiciones glaciales favorecieron la dispersión de aves desde los Andes y desde la región Neártica. Las subsecuentes condiciones inter-glaciales redujeron la conectividad entre las zonas altas neotropicales (e.g., Talamanca-Andes) y entre las zonas altas neotropicales y la región templada Neártica, aislando así las poblaciones recientemente establecidas, de las poblaciones ancestrales, fomentando la especiación. Dentro de Costa Rica, la vegetación de zonas altas así como las aves que ocupaban esta vegetación, posiblemente tuvieron una distribución continua a lo largo de todas las cordilleras durante los periodos glaciales. Esta vegetación quedó restringida a la cumbre de las montañas durante los periodos inter-glaciales, fragmentando las poblaciones originales continuas de aves, lo que formó islas en las cumbres de las montañas, las cuales decrecen en tamaño desde la cordillera de Talamanca hacia las cordilleras en el noroeste del país. El tamaño de esas islas con habitat disponible determina el número de especies de aves de zonas altas presente en cada cordillera.
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