Sumario: | El asco es un extenso monólogo de Edgardo Vega, emigrante salvadoreño recién llegado de Canadá, que tiene por interlocutor a Moya (¿el mismo Horacio Castellanos Moya, sujeto de la escucha y de la escritura?). Novela ausente de cualquier nostalgia identitaria, en ella el protagonista migrante desconstruye su relación primigenia, mediante un rechazo que funciona como síntoma de una nueva inscripción espacial. Por una parte, rechazo a lo que no se puede dejar de ser, de ahí el rechazo de sí mismo y de su historia; por otra, adhesión al deseo imposible de ser algo distinto a lo que hasta ahora había sido. ¿Resultado? La identidad, que algunos podrían considerar como consubstancial a un origen, a un territorio o a unos objetos que actúan como signos de pertenencia a un grupo, deviene una estructura cambiante, productora de un discurso cuya finalidad obsesiva de distanciamiento, de desidentidad, se convierte en un movimiento esquizofrénico propio de las sociedades periféricas neocoloniales.
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