Sumario: | Este trabajo examina tres poemarios de Dulce María Loynaz, Versos, 1920-1938 (1938), Juegos de agua (1947) y Poemas sin nombre (1953) para pensar en una posible vigencia corporal y ver cómo hay poemas de Loynaz que se nutren de lo opuesto; o sea, una ausencia del cuerpo. La hablante lírica hace suya la idea para esbozar imágenes de cuerpos que tienen, como característica repetitiva, la referida ausencia corpórea. Como zócalo crítico, se sopesará una de las múltiples observaciones formuladas por Michel Foucault sobre el tema, con lo propuesto por Julia Kristeva acerca del dialecto resultante dentro de los límites textuales, tanto de significados como de significantes, y el establecimiento de un ritmo dentro de este límite. Estas ideas apoyan un análisis que intenta aproximarse a algunas composiciones de la poeta cubana.
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