El cosmopolitismo, la obligación y el espacio político

Una nueva generación de filósofos avanza hoy en la definición de las libertades y los recursos materiales con los que cualquier individuo sobre la tierra debería contar, como miembro de una comunidad global y no sólo como miembro de una comunidad nacional, étnica o religiosa para acceder a una vida...

Descripción completa

Detalles Bibliográficos
Autor principal: Hernández, José María
Formato: Online
Idioma:spa
Publicado: San José: Universidad de Costa Rica, Escuela de Estudios Generales 2015
Acceso en línea:https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/estudios/article/view/19786
Descripción
Sumario:Una nueva generación de filósofos avanza hoy en la definición de las libertades y los recursos materiales con los que cualquier individuo sobre la tierra debería contar, como miembro de una comunidad global y no sólo como miembro de una comunidad nacional, étnica o religiosa para acceder a una vida digna. Según la nueva literatura en torno a la justicia cosmopolita a nadie puede negarse ese mínimo de bienestar y acomodo que, con independencia del color de su piel, religión o género todo ser humano precisa, puesto que sus necesidades básicas son independientes de su identidad y su lugar de nacimiento. El debate así planteado debe enfrentarse a menudo a las objeciones de quienes sostienen que los estados y la naciones, al igual que otras muchas comunidades particulares, son absolutamente necesarias para la promoción de los derechos sociales y los principios de una justicia global. En cierto modo, este es un debate que reproduce el debate de la Ilustración entre los amigos de la ley y los amigos de la humanidad, dando por supuesto que los individuos no podrán asumir jamás sus obligaciones para con una comunidad global si antes no han desarrollado ciertos valores dentro de sus propias comunidades nacionales. El presente trabajo en torno al cosmopolitismo quiere ponderar alguna de las enseñanzas del viejo y del nuevo debate en torno al cosmopolitismo para poner de manifiesto cómo el manido recurso a una contraposición de realidades simbólicas, como son las de universalismo y particularismo, oculta que tras la gestión simbólica de los conceptos, ora espaciales ora temporales, existe la realidad del buen y el mal gobierno, de la buena y la mala política, sobre la cual deberá construirse cualquier futuro que aspire a superar ese viejo debate entre los amigos de la ley y los amigos de la humanidad. A new generation of philosophers today advances in defining the freedoms and material resources with which any individual on earth should have as a member of  a  global  community  and  not  just as  a  member  of  a  national  ,  ethnic  or religious  community  to  access  a  decent  life. Under  the  new  literature  on cosmopolitan   justice   anyone   can   deny   that   minimum   of   welfare and accommodation that regardless of skin color,  religion or gender every human being accurate, because their basic needs are independent of their identity and place  of  birth. The  debate  thus  posed  must often  face  objections  from  those who  argue  that  states  and  nations, like  many  other  private  communities  ,  are absolutely  necessary for  the  promotion  of  social rights  and  principles  of  global justice. In  a  way,  this  is  a  debate  that  reproduces  the  Enlightenment  debate among  the  friends  of  the  law  and  the  friends  of  humanity  ,  assuming  that individuals  can  never  assume  their  responsibilities  to  the  global  community  if before have not developed certain values within their own national communities. This work around cosmopolitanism want to ponder some of the teachings of the old and the new debate on cosmopolitanism to highlight how the hackneyed use of  a conflict  of  symbolic  realities, such  as  universalism  and  particularism, which hides behind the symbolic management concepts , spatial temporal pray, there  is  the  reality  of good  and  bad  government  ,  good  and  bad  policy,  which should  build  any  future  that  aspires  to  overcome  this  old  debate  between  law and the friends of humanity.