Auditoria clínica para el diagnóstico de la enfermedad celiaca

La enfermedad celíaca es una inflamación crónica de la mucosa del intestino delgado por intolerancia al gluten. Hasta hace poco se había considerado como una enfermedad infrecuente, pero con el aumento de la sospecha clínica y el advenimiento de nuevas pruebas serológicos, han permitido una mayor fa...

Descripción completa

Detalles Bibliográficos
Autores principales: Zúñiga Montero, Marco Antonio, Mora Escalante, Elena
Formato: Online
Idioma:spa
Publicado: Universidad de Costa Rica 2014
Acceso en línea:https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/enfermeria/article/view/14753
Descripción
Sumario:La enfermedad celíaca es una inflamación crónica de la mucosa del intestino delgado por intolerancia al gluten. Hasta hace poco se había considerado como una enfermedad infrecuente, pero con el aumento de la sospecha clínica y el advenimiento de nuevas pruebas serológicos, han permitido una mayor facilidad en el diagnóstico y aumento de los casos detectados, por lo que hoy se sabe que es una condición de alta frecuencia. Sin embargo, en Costa Rica no existe un protocolo para que los médicos realicen su diagnóstico, por lo que el objetivo de esta investigación, es conocer la opinión de médicos que laboran en hospitales pertenecientes a la Caja Costarricense de Seguro Social sobre la definición de la EC, sus manifestaciones y exámenes diagnósticos necesarios para descartar o confirmar la presencia de esta enfermedad y posteriormente, dar a conocer las recomendaciones dadas según las Guías de Práctica Clínica y la mejor evidencia científica sobre la realización del diagnóstico de la enfermedad celiaca. Se determinó que las Guías de Práctica Clínica y la evidencia científica coinciden en que el diagnóstico de esta enfermedad requiere del uso combinado de la clínica (lo que requiere amplio conocimiento de los distintos patrones de presentación de la enfermedad), marcadores séricos, además de una biopsia de intestino delgado. La realización de investigaciones como ésta, ayuda a superar las dificultades que interfieren en la adecuación de la práctica clínica a la evidencia científica y poner en marcha estrategias de mejora, que contribuyan al fortalecimiento y selección del mejor criterio clínico, lo que tendrá un impacto directo y positivo sobre la atención de los pacientes.