Sentir y tener sentido

Este artículo plantea, mediante una pequeña reflexión, que el desprestigio que tenemos los educadores y que nos hace aparecer como los únicos responsables del rendimiento académico y la formación humana, no es cierto; los actores del proceso educativo, no son sólo los educadores, sino los gremios, l...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Malavassi Calvo, Humberto
Formato: Online
Idioma:spa
eng
Publicado: Universidad Nacional, Costa Rica 2005
Acceso en línea:https://www.revistas.una.ac.cr/index.php/EDUCARE/article/view/1272
Descripción
Sumario:Este artículo plantea, mediante una pequeña reflexión, que el desprestigio que tenemos los educadores y que nos hace aparecer como los únicos responsables del rendimiento académico y la formación humana, no es cierto; los actores del proceso educativo, no son sólo los educadores, sino los gremios, las instituciones superiores de educación, las instituciones gubernamentales y los hogares, principalmente. Mediante una pequeña experiencia con 93 estudiantes de décimo del Conservatorio Castella que presentaban una conducta agresiva e irrespetuosa hacia la institución, se trabajaron cuatro sesiones, con la ayuda de una colega de la Universidad Nacional, para explorar, a manera de diagnóstico, cuál podría ser la causa de la resistencia hacia los profesores y la indisciplina que existía en esos grupos. Se les pasó un cuestionario y se les realizó una actividad con un trabajo más personalizado, para que cada estudiante pudiera manifestar abiertamente cuáles eran sus inquietudes e incomodidades. Al final de este diagnóstico, manifestaron, de una u otra manera, que la responsabilidad de la educación es de todos, y que si no le damos sentido, ni sentimiento a nuestros actos, estaríamos fomentando y promoviendo un clima cada vez más estéril y distante entre los diferentes actores del proceso educativo, pues se viviría en un mundo reservado a promedios, contenidos y memoria, en vez de desempeño y autorrealización.