UNA praxis agrícola, dialógica y ecosistémica

En Costa Rica, la producción de hortalizas se ha intensificado en las últimas décadas por el uso de paquetes tecnológicos (fertilizantes y plaguicidas sintéticos) en monocultivos. Este modelo ha sostenido la producción en Zarcero, cantón que provee productos vegetales al Valle Central. Sin embargo,...

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Detalles Bibliográficos
Autores principales: Berrocal-Montero, Silvia Elena, Calvo-Araya, José Alonso, González-Herrera, Allan, Orozco-Aceves, Martha, Rojas-Garbanzo, Marianela, Vargas-Villalobos, Seiling, Vidal-Castillo, Marisol
Formato: Online
Idioma:spa
eng
Publicado: Universidad Nacional de Costa Rica 2021
Acceso en línea:https://www.revistas.una.ac.cr/index.php/dialogo/article/view/16148
Descripción
Sumario:En Costa Rica, la producción de hortalizas se ha intensificado en las últimas décadas por el uso de paquetes tecnológicos (fertilizantes y plaguicidas sintéticos) en monocultivos. Este modelo ha sostenido la producción en Zarcero, cantón que provee productos vegetales al Valle Central. Sin embargo, estudios realizados por el Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas (IRET) han revelado resultados preocupantes sobre el uso de plaguicidas y sus efectos negativos en el ambiente y en la salud de las personas. Como respuesta a esta problemática se inició en el 2018 un proyecto con la participación del IRET, de la Escuela de Ciencias Agrarias y de la División de Educación Rural, cuyo objetivo es “promover un modelo alternativo en la producción agrícola mediante trabajo colaborativo, diálogo de saberes y la construcción social del conocimiento para disminuir el uso de agroquímicos en Zarcero, Alajuela”.En el proyecto se han desarrollado actividades con 1) equipo académico nacional e internacional, 2) personas agricultoras y sus familias, 3) escolares. El primer paso del proyecto ha consistido en la conformación de un equipo donde sus integrantes desarrollen: a) un marco teórico-político de referencia común, b) una mirada interdisciplinaria para analizar-trabajar-transformar la realidad y c) un tejido afectivo para favorecer entendimientos y desde ahí mancomunar metas. Para lograrlo, se han realizado: a) círculos de estudio, b) trabajo de campo, c) intercambio de saberes en el ámbito nacional e internacional, d) producción educativa agrícola modular y e) la articulación con la docencia, la investigación y la producción. Además, se ha posicionado la agroecología en las agendas políticas institucional, local, regional y nacional y en algunos territorios internacionales del continente.Desde el trabajo académico tejido en el proyecto se ha aprendido a ser y a hacer “universidad necesaria”, ya que las universidades requieren legitimarse en el país, por lo que se ha propuesto, para recuperar la confianza de las personas agricultoras y sus familias, gestar espacios de acercamiento para contextualizar conjuntamente y reflexionar sobre la problemática agrícola, revitalizar saberes locales y obtener insumos para la escritura de documentos educativos con enfoque sociocrítico desde la educación popular.