Ecosistemas y capital natural de las comunidades rurales

La vida de los seres humanos está fuertemente ligada a la naturaleza y a los beneficios que a diario se reciben de los ecosistemas. Continuar recibiéndolos en el largo plazo depende de la conservación y el uso adecuado que hagamos de ellos. Lograr su sostenibilidad significa mantener su diversidad y...

Descripción completa

Detalles Bibliográficos
Autor principal: Vargas Gálvez, Carlos Augusto
Formato: Online
Idioma:spa
Publicado: Centro Universitario de Zacapa 2021
Acceso en línea:https://www.revistacunzac.com/index.php/revista/article/view/48
Descripción
Sumario:La vida de los seres humanos está fuertemente ligada a la naturaleza y a los beneficios que a diario se reciben de los ecosistemas. Continuar recibiéndolos en el largo plazo depende de la conservación y el uso adecuado que hagamos de ellos. Lograr su sostenibilidad significa mantener su diversidad y productividad a través del tiempo para que las generaciones actuales se beneficien de ellos, sin afectar la disponibilidad para las generaciones futuras. Los ecosistemas poseen la capacidad natural de recuperarse, pero lamentablemente muchas acciones humanas están teniendo un fuerte impacto sobre ellos y los están llevando a su límite. La deforestación, los incendios forestales, el comercio ilegal, la sobreexplotación de especies, la contaminación, las variaciones en el clima como consecuencia del cambio climático y otros factores, alteran la dinámica y equilibrio que existe en los ecosistemas, afectando directamente su capacidad de recuperación y contribuyendo a su degradación y destrucción. El capital natural son los elementos de la naturaleza que directa o indirectamente producen valor para las personas, incluidos los ecosistemas, las especies, el agua dulce, la tierra, los minerales, el aire y los océanos, así como los procesos y funciones naturales. La característica clave que distingue los capitales naturales que proveen servicios ecosistémicos de las funciones o procesos de los ecosistemas es la participación explícita de los beneficiarios. Como tal, una caracterización adecuada de los objetivos de los servicios ecosistémicos implica la consideración de la demanda de servicios, su magnitud y distribución espacial, además de los procesos subyacentes del ecosistema.