Summary: | El presente texto es un estudio desde la óptica de la Historia Social, el objetivo es desentrañar del anonimato, esas voces que hasta ahora se encontraban ausentes en torno a los personajes que de alguna forma participaron en el tráfico y consumo de enervantes; mismo que estaba determinado por la reglamentación vigente de 1931 a 1940, periodo donde el núcleo de la discusión sobre el tema radicaba en catalogar al consumidor como enfermo o delincuente. En este escenario, los enervantes eran distribuidos a través de boticas y dispensarios, mientras que los migrantes chinos y sinaloenses compartían las redes de su cultivo en la sierra, en las principales ciudades de la entidad, se gestaba el tráfico al menudeo.
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