Sumario: | Desde una perspectiva de Derechos Humanos, el trabajo en y con los territorios implica correrse del paradigma clásico de la Extensión, donde la universidad va o sale al territorio a transferir su saber, desconociendo las historias y saberes propios de las comunidades con las que se trabaja e interactúa. Mientras que, desde una concepción crítica, inherentemente implica la mirada de los derechos humanos. El trabajo con el territorio se entiende desde un “encuentro de saberes”. Tal como sostiene Abratte, “Concebir la Extensión como diálogo de saberes implica entonces un posicionamiento ético y político y, a la vez, una toma de posición pedagógica". Desde esa perspectiva, los territorios son concebidos como espacios en los que se promueven relaciones horizontales entre saberes que —configurados en múltiples contextos y registros— pueden convivir y enriquecerse mutuamente en el trabajo colectivo. Estos vínculos de intercambio de saberes diversos, construidos a partir de lógicas diferenciales, encuentran en el espacio de la Extensión un terreno fértil para la construcción colectiva. Heredera de la pedagogía freireana, se parte de reconocer un vínculo educativo entre sujetos sociales que son portadores de saberes dispuestos a dialogar.
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