Sumario: | Somos parte de un gran equilibrio. Esta idea tantas veces escuchada o escrita, traduce una gran verdad de nuestro Planeta y del universo. No obstante, este equilibrio es permanentemente amenazado por el proceso civilizatorio. A partir de la Revolución Industrial en el siglo XVIII, esta realidad se tornó particularmente dramática: junto a un explosivo desarrollo y aplicación de la tecnología moderna, se desencadena el proceso de consumo excesivo de bienes, la acumulación de capital y la búsqueda irracional de ganancias en el más corto plazo posible; situación que ha persistido hasta nuestros días, con las nefastas consecuencias que se están padeciendo. Afortunadamente, estas mismas consecuencias negativas, han llevado a algunos cada vez más por suerte-a la convicción de que este esquema de “desarrollo”, debe dar un viraje hacia estilos compatibles con la conservación de la base de recursos naturales, si se quiere lograr la sobrevivencia armoniosa y pacífica de la especie humana”. (Guier, E. 1991:1).
|