Sumario: | Los cambios que supuso la caída del antiguo régimen y la ascensión de los nuevos sistemas de gobierno difícilmente produjeron modificaciones en el paisaje urbano de las ciudades, especialmente si estas no eran capitales o puertos principales. Para Riohacha su posición estratégica en el Caribe, puerta de entrada a un territorio poco explorado, conectado con el lago Maracaibo y con el río Magdalena, que servía de bisagra entre Europa y los mundos indígenas de la Guajira y de la Sierra Nevada de Santa Marta, poco le sirvió para abrirse un espacio en el nuevo escenario mundial. Ubicada en el extremo norte de la Nueva Granada, en la provincia de la Guajira, Riohacha fue protagonista desde inicios de la colonización del continente. Sufriría los embates, más o menos violentos, de invasores de todas las naciones, incluyendo los colombianos patriotas que, llegados por tierra y desde el mar, se establecieron para tomar parte en el escenario del comercio atlántico. Producto de la búsqueda de recursos naturales, principalmente las perlas, la ciudad de Riohacha fue una ciudad clave en el proceso de poblamiento de una región que, aunque ocupada por una aguerrida población de indígenas wayúu, supo negociar y adaptarse, hasta conseguir desarrollar una exitosa estructura económica; su ruina, a finales del siglo XIX significó también el ocaso de la ciudad.
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