Summary: | Por sus características, las obras Mariposas negras para un asesino (2005) y El laberinto del verdugo (2010), de Jorge Méndez Limbrick, se acercan a la condición de novela neopolicial costarricense, inscrita en lo neopolicial centroamericano. Se analiza la relación de esas obras con el género. Se propone una serie de cualidades, tales como la construcción de personajes completos, la exposición del realismo crudo y la presencia de la noche como elemento trascendental para el surgimiento del crimen, como base de un género que se empieza a definir y a difundir en la narrativa costarricense.
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