De la fantasía curricular y sobre algunas de sus precomprensiones tecnocráticas

El nuevo o el novísimo -y acaso algún supernovísimo- currículo de la Facultad de Derecho tienen escasas posibilidades de éxito. Las razones de su obligado fracaso son varias. Aquí me detendré sobre todo en una de ellas, pero es de las más sintomáticas: el indiscriminado uso del término “investigació...

Descripción completa

Detalles Bibliográficos
Autor principal: Haba, Enrique P.
Formato: Online
Idioma:spa
Publicado: Universidad de Costa Rica - Colegio de Abogados y Abogadas de Costa Rica 2014
Acceso en línea:https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/juridicas/article/view/17504
Descripción
Sumario:El nuevo o el novísimo -y acaso algún supernovísimo- currículo de la Facultad de Derecho tienen escasas posibilidades de éxito. Las razones de su obligado fracaso son varias. Aquí me detendré sobre todo en una de ellas, pero es de las más sintomáticas: el indiscriminado uso del término “investigación”, raíz de decisivos traspiés tanto en la programación como en la práctica de la enseñanza. El lenguaje es nuestro esclavo, pero también nuestro dueño. Esclavo, porque podemos hacer de él lo que queramos, usar las palabras como mejor nos venga en gana, darles cualquier sentido. Por ejemplo, se puede convenir en llamarle gato a un ratón, investigación a unos simples ejercicios estudiantiles, etc. Sin embargo, obrando de esta manera, en definitiva somos nosotros quienes resultamos manejados por (o mediante) ese lenguaje.