Summary: | Siempre que pienso en Doña Karen pienso en la Madremonte; ese personaje mitad mujer-mitad monte que vive en la memoria oral de los pueblos de América Latina y que protege la Naturaleza, que la defiende con furia. Es la Madre del Monte, como Doña Karen, que con ternura cuidaba a los pizotes, a los monos, a todas las criaturas silvestres y la Madre del Monte que, cuando era necesario, defendía furiosa el derecho que tienen todos sus hijos a existir. Creo que todos los que conocimos a Doña Karen la amamos, porque ella vivió como pensaba: con el simple impulso de la Naturaleza que la nutrió.
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